El principal partido de oposición de Etiopía ha condenado una prohibición de sus actividades, diciendo que representaba una “seria amenaza” para el acuerdo de paz de 2022 que terminó dos años de conflicto en la región del norte de Tigray.
El Frente de Liberación del Pueblo Tigray (TPLF) ha pedido a la Unión Africana que medie con el Gobierno Federal después de que la Agencia Electoral revocó su estatus legal como partido.
El partido, que gobierna a Tigray y dominó a todo el país durante muchos años, fue prohibido el miércoles por no celebrar una asamblea general.
La decisión sigue meses de tensiones políticas en Tigray y se adelanta a las elecciones a nivel nacional que tendrá lugar en junio del próximo año a más tardar.
El partido dirigió una coalición que derrocó al gobierno en 1991 y gobernó Etiopía hasta 2019, cuando se disolvió un año después de que el primer ministro Abiy Ahmed hubiera tomado el poder.
Luego formó un nuevo partido nacional, un movimiento rechazado por el TPLF.
La disputa culminó en una guerra civil que vio a decenas de miles de personas asesinadas y millones forzados de sus hogares en el norte de Etiopía antes de firmar una tregua en noviembre de 2022.
El partido dirige la administración provisional de Tigray que se estableció en 2023 como parte del acuerdo de paz, conocido como el Acuerdo de Paz de Pretoria.
Pero el partido no ha podido llevar a cabo elecciones internas debido a una división, con dos facciones que reclaman el control del partido.
La Junta Nacional de Elecciones de Etiopía, que supervisa la conducta de los partidos políticos, el miércoles “resolvió formalmente desregistrar” el TPLF con el argumento de que no había podido celebrar una asamblea general.
Pero el partido ha protestado contra la medida y ha pedido a la Unión Africana que presione “presión” al gobierno federal para suspender la aplicación de la prohibición.
En una carta a la UA, la parte dijo que la prohibición “niega el derecho de TPLF que se había recuperado a través del Acuerdo de Pretoria y plantea una seria amenaza para la base del proceso de paz”.
Agregó que el acuerdo de paz estipulaba que ambas partes reconocen la legitimidad de los demás y cualquier problema político debería resolverse a través del diálogo.
El vicepresidente de TPLF, Ammanuel Assefa, dijo a la BBC que la decisión de la Junta Electoral podría “dañar el Acuerdo de Pretoria” que “será peligroso”.
“No se trata solo de TPLF, sino también de socavar lo que la gente ha sacrificado”, agregó Ammanuel.
Los retrasos en la implementación de los términos del acuerdo, incluido el rendimiento de unos millones de personas desplazadas por la guerra, han alimentado los temores de violencia fresca en Tigray.
Varios países, incluidos los Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea, han advertido sobre la tensión creciente, diciendo que no debe haber “no retorno a la violencia”.
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