Parte del disgusto fue evidente en abril cuando el ejército de los Estados Unidos anunció que le pediría a SpaceX que lanzara una pluralidad de sus misiones durante la próxima ronda de lanzamientos de seguridad nacional, revirtiendo el papel preeminente que ULA había tenido durante las últimas dos décadas.
Ula retiró su cohete pesado Delta IV en abril de 2024, y el puñado de cohetes Atlas V que quedan están comprometidos con otras misiones. Esto ha dejado a la Fuerza Aérea dependiente de SpaceX, con sus vehículos Falcon 9 y Falcon Heavy, como el único proveedor de servicios de lanzamiento para obtener sus satélites más costosos y de mayor prioridad en órbita.
ULA debe “reparar la confianza”
En su testimonio, Purdy dijo que ULA completó la certificación de la variante inicial de su cohete Vulcan para lanzamientos militares desde Cape Cañaveral, Florida, el 25 de marzo, pero agregó que queda “trabajo abierto”. El ejército y la compañía están trabajando actualmente a través de “planes de reducción de riesgos” para limitar las posibilidades de un problema con el primer lanzamiento de una carga útil militar en Vulcan.
“Para abordar estos desafíos, ULA ha aumentado sus recursos de ingeniería y su enfoque de gestión para resolver problemas de diseño”, escribió Purdy. “El personal del Centro de Investigación y Desarrollo del Gobierno y el Federal ha aumentado la participación en los desafíos técnicos y de gestión de programas.
La primera misión militar de Vulcan, USSF-106, actualmente tiene una fecha de lanzamiento anterior a la de julio de 2025, escribió Purdy. Estos riesgos pendientes se evaluarán en última instancia durante una revisión de preparación para el vuelo una o dos semanas antes de este lanzamiento.
Al final de su testimonio escrito, Purdy enfatizó que esperaba que ULA lo hiciera mejor. Como parte de su trabajo como Ejecutivo de Adquisición de Servicios para Space (SAE), Purdy señaló que ha tenido la tarea de transformar la adquisición de espacio y ser más innovador.
“Para estos programas, los contratistas principales deben restablecer las líneas de base, establecer una cultura de responsabilidad y reparar el déficit de confianza para demostrar al SAE que están adoptando los principios de adquisición necesarios para ofrecer capacidades a velocidad, a costos y programados”, dijo Purdy.