Panamá ha declarado una emergencia en su principal región productora de plátano, después de que las tiendas fueron saqueadas y los edificios destrozados en protestas en curso sobre una reforma de pensiones.
El gobierno dice que los derechos constitucionales se suspenderán durante los próximos cinco días en la provincia del noroeste de Bocas del Toro.
La medida restringe la libertad de movimiento y permite que la policía realice arrestos sin una orden judicial.
Los problemas en la región comenzaron hace un mes, cuando el sindicato local de trabajadores banana se unió a una protesta a nivel nacional contra los recortes de pensiones propuestos y declaró una huelga.
“Ante la interrupción del orden y los actos de violencia sistemática, el estado hará cumplir su mandato constitucional para garantizar la paz”, dijo Juan Carlos Orillac, Ministro de la Presidencia.
La medida, agregó, permitiría “rescatar a la provincia” de los radicales.
Las protestas de la nación latinoamericana estallaron en marzo sobre la reforma de las pensiones.
En Bocas del Toro, los disturbios han sido liderados en gran medida por trabajadores en una plantación de plátano de Chiquita Brands.
La confrontación se intensificó el mes pasado después de que la compañía despidió a miles de empleados llamativos.
Los manifestantes han estado estableciendo obstáculos en la provincia, a menudo chocando con la policía.
A principios de esta semana, las multitudes dañaron una de las instalaciones de Chiquita Brands, así como un aeropuerto local.