Chile se subleva ante el abuso del gobierno de Piñera

Chile, 19 de octubre.

Santiago, inició el viernes 18 de octubre, una jornada de protestas en contra del gobierno de Piñera, sin precedentes.

La población se levantó para enfrentar una ola de alzas de servicios públicos, que terminaron con la evasión masiva de estudiantes al transporte público, especialmente el Metro.

Policía reprime con perros y balas a jóvenes en metro de Chile | HISPANTV

El levantamiento público a través del masivo bullicio de cacerolas en las casas, edificios y en las calles se profundizó con la quema de estaciones del Metro, dejando a este sistema sin funcionamiento, paralización que, hoy sábado, se extendió al transporte de superficie.

Las personas se hartaron de los abusos de un sistema de robo permanente a sus ciudadanos, especialmente a los más vulnerables. Se cansaron de las pensiones de hambre, de remedios y fármacos a precios inalcanzables, de los monopolios en la distribución de alimentos, y de las continuas alzas en los valores de los servicios públicos de agua, electricidad y autopistas, en poder de transnacionales privadas.

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El cobre y el litio son riquezas nacionales saqueadas por empresas extranjeras, el agua privatizada y la previsión de los trabajadores manejada por especuladores, son el escenario que sirve de fondo a la sublevación de Santiago.

Se agrega la banca, en manos de organizaciones criminales, como el banco Santander que despoja fraudulentamente a miles de familias, de sus hogares mediante la ejecución de hipotecas.

Niños asesinados de a poco con la contaminación empresarial y estatal constante en las localidades de Ventanas y Quintero. El pueblo mapuche perseguido por querer preservar la naturaleza en el sur de Chile, a las futuras generaciones. Parlamentarios corruptos, que, traicionando a sus electores, venden leyes a los plutócratas. Las causas de la protesta son múltiples, pero la oligarquía gobernante  en Chile es sorda, codiciosa, criminal e irresponsable.

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Los medios y canales de televisión, en manos de la oligarquía, persiguen desprestigiar la protesta legítima mostrando los saqueos puntuales,funcionales a la represión, a algunos locales comerciales. Sin embargo, han guardado décadas de silencio y complicidad respecto del despojo masivo a los más débiles por parte de los grupos económicos. Ellos son sus principales avisadores y financistas.

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La debilidad política de Piñera le llevó a cometer sucesivos errores. Llamó a las Fuerzas Armadas a hacerse cargo del problema pensando que atemorizaría a la gente. Declaró el estado de excepción dejando el orden público al mando a un general de Ejército, Javier Iturriaga, quien decretó el toque de queda entre las 22:00 de hoy sábado y las 7:00 horas del domingo.

La desconexión de Piñera era tan grande con la realidad social que, mientras explotaba la calle este viernes 18, él se encontraba en un pizzería en el barrio alto de Santiago, a las 21:00 horas, celebrando el cumpleaños de uno de sus nietos.

La represión contó con el despliegue de tanquetas militares en el centro de Santiago, sector Plaza Italia.

Mientras ayer, la Ministro de Transporte, Gloria Hutt Hesse, señalaba que el gobierno no retrocedería respecto de las alzas a la locomoción colectiva, la protesta sometió a Piñera a la circunstancia de desdecirse, anunciando la decisión de volver atrás, copiando la táctica de ganar tiempo utilizada recientemente en Ecuador, por el traidor Lenín Moreno.

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El pueblo, sin embargo y a pesar de la amenaza del toque de queda o prohibición  de circular por las calles, sigue desafiando a Piñera y a sus represores. En la noche, continúan resonando las ollas y cacerolas golpeadas por miles de familias.

Las regiones, también salieron a protestar. Concepción, Valparaíso, Iquique, Rancagua y comunas como Maipú y Melipilla, han dado la tónica.

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Aún en los sectores pudientes de la la capital chilena, como La Dehesa han marchado en contra de Piñera.

El Clarín de Argentina ha dado esta versión de los hechos:

Por qué el malestar social

La crisis en Santiago de Chile estalló con la suba del precio del subte. Si bien no fue significativa, de sólo el 3,75%, la situación se da en un contexto de malestar social.

Incluso, la masiva protesta tomó por sorpresa al gobierno de Piñera, que sólo días antes había afirmado que Chile era una especie de «oasis» en la región, por su estabilidad política y económica.

En un sentido tiene razón ya que el ingreso per cápita es el más alto de América Latina -más de 20.000 dólares-, el crecimiento económico estimado para este año es de 2,5% del PBI (por encima del promedio regional) y la inflación bajo el rango meta (2%).

El malestar en la sociedad chilena, especialmente de los sectores de bajos ingresos, tiene origen en las sucesivas alzas en los costos de la salud y la electricidad, las bajas jubilaciones y una crónica y altísima desigualdad social.

En este escenario, el aumento en el valor del pasaje de subte en horario pico encendió la llama en una sociedad. Está encabezada por los estudiantes secundarios y universitarios, que históricamente se manifiestan en contra de los gobiernos de centroderecha, como el de Piñera.

La medida que impactó negativamente

El pasado 6 de octubre, el Metro de Santiago, una empresa privada en cuya propiedad participa el Estado chileno, aumentó en 30 pesos el precio del ticket en hora pico, hasta ubicarlo en 830 pesos (unos 1,2 dólares).

El precio lo fija el llamado Panel de Expertos con base en varios indicadores, como la inflación, el costo de los suministros para su operación y el tipo cambio, entre otros, y es aprobado por el Ministerio de Transportes.

Cómo fue el inicio de la protesta

En protesta por la subida del boleto del metro, el lunes pasado cientos de estudiantes secundarios y universitarios se organizaron para entrar masivamente al subte sin pagar. Además, levantaron las mamparas de cobro para que los pasajeros ingresasen a los andenes gratuitamente.

Destrozos en una de las estaciones de subte. (AFP)

Destrozos en una de las estaciones de subte. (AFP)

La policía intentó sacarlos, lo derivó en enfrentamientos. Los tumultos se repitieron los días sucesivos, con incidentes, destrozos de mobiliario y enfrentamientos con los agentes de Carabineros.

Colapso en Santiago

Este viernes, en el quinto día de protestas en varias estaciones del metro, los disturbios fueron en aumento, motivando que el Metro de Santiago, que transportan diariamente casi 3 millones de personas, decretara el cierre de todas las estaciones, lo que produjo el colapso del tránsito, con atasco de vehículos, autobuses sobrepasados por la demanda de viajeros y peatones sin locomoción caminando en masa por las calles.

Estudiantes cortan una de las avenidas en Santiago. (EFE)

Estudiantes cortan una de las avenidas en Santiago. (EFE)

La respuesta del Gobierno

El Poder Ejecutivo chileno invocó ley de seguridad del Estado, una legislación que regula los delitos contra la seguridad interior del país y que endurece las penas para aquellos que resulten culpables de los desórdenes y disturbios.

Policías detienen a manifestantes durante una de las manifestaciones, (EFe)

Policías detienen a manifestantes durante una de las manifestaciones, (EFe)

Esto encendió aún más las protestas

Las manifestaciones callejeras se radicalizaron en algunos puntos de la ciudad y grupos violentos tomaron el protagonismo con enfrentamientos directos con los Carabineros, barricadas, saqueos en comercios, la quema y destrozo de varias estaciones de metro, de autobuses y de mobiliario urbano, e incluso incendiando la sede de la eléctrica Enel.

Estado de emergencia

El recrudecimiento de los disturbios determinó que el presidente de país, Sebastián Piñera, ya en la madrugada de este sábado, decretase el estado de emergencia para gran parte de Santiago de Chile, lo que supone confiar a un mando militar la seguridad de la zona e implica una restricción la libertad de locomoción y reunión por un plazo 15 días.

Así, el presidente nombró al general de división Javier Iturriaga del Campo como jefe de la Defensa Nacional para controlar la situación.

Militares toman el control de Santiago

El militar designado al mando de la seguridad de la capital chilena desplegó a 500 militares para controlar los 16 ejes más importantes de la ciudad y patrullar las zonas conflictivas.

A partir de las 3 de la madrugada no se registraron situaciones violentas de importancia, pero a partir de media mañana comenzaron a producirse cacerolazos y manifestaciones ciudadanas que dan cuenta de malestar ciudadano.

Militares fueron desplegados en Santiago. (EFE)

Militares fueron desplegados en Santiago. (EFE)

Primer balance

El reporte inicial de los disturbios del viernes fue de 308 detenidos y 167 personas heridas, de las que 11 son civiles y el resto agentes de Carabineros, cinco de ellos en estado de gravedad. Asimismo, 41 de las casi 140 estaciones del Metro de Santiago y 16 autobuses urbanos fueron quemados o siniestrados.

Discusión política

La situación ha encontrado su reflejo también en el debate político. Desde la oposición, el Frente Amplio criticó que las autoridades no vean que el problema de fondo no es el precio del metro, sino la inequidad del país y una sociedad injusta, por lo que defendió el derecho de protesta de las personas y exigió al Gobierno «detener la represión».

Desde el Gobierno se criticó esta actitud de «irresponsable».

Perspectivas para la semana próxima

Con la continuación de las protestas este sábado, la declaración del estado de emergencia y la red de metro cerrada, en principio hasta este próximo lunes, las autoridades estudian suspender las clases el lunes y el martes próximos en precaución para evitar posibles altercados de grandes dimensiones y tratar de reducir en lo posible un potencial nuevo colapso de la ciudad por falta de locomoción.

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